No tengo por menos el elogiar la actuación del capitán de la 6ª Compañía, en la tarde pasada. Caballero en todas sus cabales, demostró con su actuación, que su sistema no es precisamente el palo y que su paciencia es grande. Perdió de dirigir su unidad durante la instrucción nocturna, tuvo que aguantar la pesadez de dos borrachos durante dos horas y todo lo realizó con la máxima naturalidad; procurando, con razones, convencerlos para que se acostaran y se dejaran de niñerías. Evitó que un teniente se ensañara con uno de ellos, teniendo para ello que hacer uso de su autoridad. Merece toda la estima y respeto de la tropa, que bajo su mando pasa la vida militar. De él solo beneficios es lo que hemos recibido hasta ahora.

Nadie niega que tiene defectos. Se le critica como falto de autoridad ante los oficiales de la compañía; pero todo esto no deja de ser meras críticas destinadas a cumplir, lo que ya desde la antigüedad, viene siendo un hecho verídico: que toda persona que dirija algo ha de ser criticada, como buena por unos y como mala por otros. Para mí, aquí como militar y en la vida de paisano, siempre será una persona que merece mi respeto y admiración, por su cultura y educación refinada.

José Vílchez Terrón