¿Qué es amor? Continuamente estamos oyendo esta palabra: en la radio, en el cine, en los libros, en el periódico, en fin, en todas partes nos hallamos con la frase romántica del amor. El otro día leí en el periódico la equivocación que la gente tenía al creer que, una pareja de artistas de cine era considerada como una pareja feliz, por el amor que al exterior demostraban.

Esta equivocación es muy natural ¿Quién puede medir un amor? Nadie o solo Dios. El amor es una cosa oculta y, para que sea verdaderamente amor, se debe mantener en la intimidad. El amor no es amor en cuanto gusta que la gente lo vea; se ha de amar y, además, el hombre no puede vivir sin amar; pero cada cual debe amar por sí solo y sin exponer a los demás la felicidad que este amor le reporta.

El amor no se puede definir, ya que cada uno lo interpreta a su manera, pero a pesar de todo esto, podemos decir sin miedo a equivocarnos, que el amor es una entrega total hacia la otra persona, ser o cosa, a la cual estamos dispuestos a defender de cualquier peligro, exponiendo si es preciso nuestra vida.

Como en todas las cosas hay maestros, aquí también los tenemos, y el maestro de maestros, modelo de amor, es Jesucristo. Él nos lo da todo, se entrega por completo a la gran obra del amor. El no ama a una sola persona, él nos ama a todos y con un amor sin medida; este amor no se puede medir, ya que el mismo que le escupe a la cara, es amado por Él. ¿Qué pudo motivar este amor de un Dios para con el hombre? Yo creo que Dios quiso ponernos el modelo de amor, quiso enseñarnos a amar y a quien debíamos amar. Nosotros amamos, eso es algo que se lleva dentro y no se puede evitar; si algún hombre dice que no ama, es que está muerto. ¿A quién debemos amar? En primer lugar, hemos de saber que el amor que Cristo nos tiene debe ser recompensado con el máximo que nuestro corazón pueda darle, y ese máximo es todo, con lo cual seremos felices, ya que correspondemos a la gran obra del amor, por Él comenzada a principio del mundo. Aquí cabe pensar que, si se lo damos todo a Dios, nada nos quedará para los demás, pero no es así, ya que Dios devuelve el ciento por uno, y al aumentar el amor hacia Él, también aumenta para con los hombres; para con la novia o familia, hermanos, esposa, hijos, o demás familiares o semejantes.

Yo, por experiencia lo sé, cuando estuve más alejado de Cristo, llegué a odiar, no solo a no amar, o amar poco, sino a odiar al mundo; amaba a mi novia por la rutina diaria, pero esto no es amor.

Amor es algo mucho más sublime, para amar hay que estar llenos de Cristo, y entonces podremos decir que amamos por mediación de Cristo, si a esa novia la amamos, después la amaremos cien veces más al habérselo dado todo a Cristo. Por eso el amor es secreto, por eso el amor es felicidad, porque al amar, juntamente con el ser amado está Cristo, que va multiplicando ese amor, hasta el punto de no poder vivir sin amor.

Si quieres que tu esposa te sea fiel, si quieres que te amé sin medida, infúndele el amor de Cristo juntamente con el tuyo que Dios ya lo habrá multiplicado y seguramente no habrá otro amor que lo iguale. Para mayor perfección de este gran amor, ama también a todos los demás hombres, como Cristo los amó.

El mundo continuamente nos está dando lecciones: Parecían la pareja ideal aquellos dos artistas de cine, sinembargo no lo eran, es más, no podían serlo, porque el hombre por sí solo es voluble y antojadizo, y en el amor puede dar muy poco. Este amor debe ser multiplicado por Cristo y así sí que puede dar mucho. Puede darlo todo, ya que en cualquier momento está dispuesto por el Divino Hacedor.

Nota: Dedicado a mi queridísima Carmencita con todo el amor que le tiene su José.

José Vílchez Terrón