Verano de 1986
El dolor de la bruja
—¿Te ha dado alguna vez el dolor de la bruja?
Pues bien, si algún día te da, te acordarás con toda seguridad de este escrito.
Voy a comenzar por el nombre, después, relataré lo que es el dolor en sí, y, por último, la parte práctica. Tal vez sea esto último lo primero que deba leer en caso de que la bruja le haga su visita.
El nombre, “Dolor de la bruja”: Mi esposa y yo, cuando éramos jóvenes, fuimos a ver una película italiana muy bonita y divertida. Hay una escena en la que el protagonista, un joven mujeriego, está a punto de conseguir acostarse con la señora de la alta sociedad que él llevaba mucho tiempo persiguiendo. Esa misma, la alta sociedad, creía imposible que lo consiguiera.
En la escena se ve una habitación lujosa y la señora, toda coqueta, tumbada en la cama. A él se le ve haciendo gestos y alardes de gran galán; poco a poco, despacio y con ciertas precauciones, se va acercando a la cama, hasta quedar encima de ésta. A poco va cambiando de posición hasta que queda encima de la señora.
Hay un momento en que se para la música y sólo se ven los gestos simpáticos y amorosos de los protagonistas. De pronto él se queda como encogido y da un alarido… —¡La bruja…! ¡La bruja…! —repite gritando, haciendo gestos torpes de dolor y sin poderse mover de aquella, antes, amorosa posición.
La bella dama no sabe qué hacer. De pronto cambia los gestos de la cara y comienza a gritar:
—¿Qué dices…? ¿Dónde está la bruja…? ¿Qué es lo que pasa?
—Mi dolor… es la bruja… que me ha visitado.
Ella logra salir, a duras penas, de debajo de su galán y él cae medio sepultado en la cama.
Ya más calmados, él le explica a la bella dama que, siempre que le daba ese dolor, su madre le llamaba “el dolor de la bruja” porque, según su madre, era una bruja que se le metía en el cuerpo produciéndole ese dolor tan agudo y no le dejaba realizar lo que estaba haciendo.
El dolor: Este dolor se manifiesta, en la llamada vulgarmente, “placeta”. Se concentra entre el final de la espina dorsal y los dos riñones. Se produce una inflamación de los nervios de esa zona y rozan con alguna vértebra o entre sí. También puede derivar hacía alguna de las dos piernas. Suele dar, por acumulación de residuos en esa zona, en tiempo frío. También en verano, por estar sudando y ponerse en corrientes de aire fresco. Este dolor bloquea todos los miembros de medio abajo y queda uno torcido sin poderse mover. No es extraño el nombre de “dolor de la bruja” empleado por el protagonista.
A mí, antes de ser naturista, me visitó la bruja muchas veces, casi todos los inviernos y también algunos veranos me daba este dolor. Una vez me dio al estornudar; otra vez, al ir a agacharme para coger un equipo eléctrico en la tienda. No siempre coincide al hacer un esfuerzo, como digo, basta que haya acumulación de residuos en esa zona y se coja un poco de frío, para que la bruja lo visite a uno.
Tratamiento: ¿Qué debemos hacer si nos visita la bruja?
Lo primero tumbarnos encima de una tabla, que previamente se habrá cubierto con una manta. Cuando están en esta posición, notarán una especie de hormigueo agradable desde la cintura hasta las puntas de los dedos de los pies; la circulación de la sangre, en esta posición, se realiza con mucha más facilidad y, en consecuencia, se produce ese hormigueo agradable.
Hay que aplicar calor en la cintura, en la zona dolorida. También se harán emplastos con hojas de col, cebolla y salvado. Se pica la hoja de col y la cebolla, y se hierve junto con el salvado, con poco agua. Este emplasto da muy buenos resultados.
Hay algunos bálsamos en los herbolarios que también suelen dar buenos resultados.
Se impone una alimentación de frutas, verduras crudas, yogur y poco más. Muchos zumos de diferentes frutas y de vegetales cocidos, sobre todo muchos zumos de limón con agua y de naranja.
Plantas medicinales: cola de caballo, vara de oro, grama, tomillo y espliego. Se tomarán cuatro o cinco tazas de infusión al día y se endulza con miel.
Da muy buenos resultados el aplicar barro caliente, hecho con arcilla y con algunas de las plantas mencionadas.
Suele durar de cuatro a ocho días, depende de lo bien que hagamos las cosas.
José Vílchez Terrón

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