Mi hermano Manuel vino a casa y entro hasta el pasillo. Yo le dije:

—Pasa y siéntate.

— No, me voy, tengo prisa —Se dio media vuelta y se fue.

Al darse la vuelta vi que tenía un paquete en la espalda de unos 80 centímetros de ancho por 20 de alto y unos diez de grueso.

En casa estábamos mi esposa y yo sentados en el sofá. Según el sueño, parecía el piso que ahora tenemos alquilado en Salobreña.

Análisis del sueño: Dios parece decirme:

—Tu hermano lleva una carga muy pesada que no se la puede sacar de encima.

Esto puede ser cierto. Él ahora tiene 78 años y está en la sierra, no tienen coche y las gentes le presionan para que siga haciendo lo que antes hacía, pero eso ahora, con esta edad y esos medios, le debe costar mucho. Además, mi hermana está en Dúrcal, no puede subir a la sierra como antes y casi no puede andar, tiene 80 años.

Lo que no tengo claro es porque Dios me informa y, además, si yo tengo que hacer algo para aliviar esa carga.

Yo les recomendaría dejar la sierra. Coger en arriendo un piso aquí en Salobreña. Entre José, mi hermana y mi hermano pueden pagarlo bien. Olvidarse de su vida anterior y ayudar en lo que quieran o puedan en las parroquias de este pueblo, o jugar a la petanca. Lo recorrido pasado está y no se puede hacer aquello que no se puede.

Este pueblo es llano, tiene un buen clima y cogiendo un piso con ascensor mi hermana podría moverse mucho mejor que en Dúrcal. Yo estaría cerca de ellos y entre todos podríamos solucionar los problemas que puedan presentarse. La edad avanza y no podemos detener el deterioro que ello supone en la salud.

Un abrazo.

José Vílchez Terrón